Cuando hablamos de comprar una vivienda, muchas personas se inclinan por las viviendas de obra nueva pensando que son la mejor elección, sin embargo, las viviendas de segunda mano ofrecen una serie de ventajas que hay que tener en cuenta. A continuación, te contaremos por qué apostar por una vivienda de segunda mano es una buena decisión.
Precios más bajos
Una de las principales razones por las cuales muchas personas se deciden a comprar una vivienda de segunda mano es el precio. En la mayoría de los casos, este tipo de propiedades suele tener un coste más asequible en comparación con las viviendas de obra nueva, lo que abre la puerta a más oportunidades de compra para quienes buscan dar el paso hacia su propio hogar.
Este ahorro económico no solo facilita la adquisición, sino que también deja un margen interesante para destinar parte de ese dinero a renovaciones, reformas o pequeños detalles que hagan la casa mucho más tuya.
Ubicación consolidada
Por lo general, las viviendas más antiguas suelen encontrarse en barrios ya consolidados, con años de historia y un tejido social bien establecido. Esto significa que, al mudarte, no solo adquieres una casa, sino que te instalas en un entorno donde ya existen todos esos servicios y comercios que facilitan el día a día: desde supermercados, farmacias y colegios, hasta cafeterías de toda la vida, parques y transporte público a la vuelta de la esquina.
A diferencia de muchas propiedades de obra nueva, que suelen levantarse en zonas en plena expansión, donde aún queda por desarrollar parte de la infraestructura, los pisos de segunda mano te ofrecen la tranquilidad de saber que todo lo que necesitas ya está ahí, funcionando y a tu alcance.
Esto se convierte en un gran punto a favor para quienes valoran la comodidad, la practicidad y, sobre todo, la estabilidad de su entorno residencial.
Menor plazo de entrega
Cuando compras una vivienda de obra nueva, lo más habitual es que tengas que armarte de paciencia. Los plazos de entrega suelen ser largos, ya que en muchos casos la propiedad todavía está en proceso de construcción o incluso en fases iniciales del proyecto. Esto significa que, aunque ya te hayas decidido y tengas la ilusión de tu nuevo hogar, pueden pasar meses —o incluso años— hasta que por fin tengas las llaves en la mano.
En cambio, con una vivienda de segunda mano la situación es completamente distinta. Una vez que se formaliza la compra, el piso ya está disponible y listo para entrar a vivir. Esta inmediatez se convierte en una ventaja enorme para quienes necesitan mudarse rápido, bien sea por motivos laborales, familiares o simplemente por las ganas de empezar una nueva etapa sin esperar tanto tiempo.
Además, al optar por una vivienda de segunda mano te ahorras la incertidumbre que muchas veces acompaña a las obras nuevas: retrasos en la construcción, modificaciones en los plazos de entrega o imprevistos que alargan la espera más de lo previsto.
Mejor inversión
Si estás pensando en adquirir una segunda vivienda para tenerla como inversión, es importante tener en cuenta que las propiedades de obra nueva suelen depreciarse más rápidamente en los primeros años, ya que su valor se ajusta a las condiciones del mercado. En cambio, las viviendas de segunda mano ya han atravesado esa fase inicial de depreciación, lo que hace que su valor sea más estable, por ello, una casa de segunda mano puede representar una inversión más segura y rentable a largo plazo.
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