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Tiny Houses: cuando menos es más.

Si la popular filosofía de Marie Kondo te invita a desprenderte de todo lo que acumulas en los armarios que no te ‘aporta felicidad’, el movimiento de las Tiny Houses apunta todavía más alto: ¿necesitas tantas habitaciones? ¿Necesitas tantos metros cuadrados? ¿Necesitas, en resumen, tanta casa?

Las Tiny Houses (o microcasas, como se han dado en llamar en España) surgieron en Japón, pero su popularidad creció en Estados Unidos a finales de los noventa hasta consolidarse como un movimiento por sí mismo. La característica que las une es su minúsculo tamaño, que oscila entre los 37m² y los diminutos 7.5m², pero a partir de ahí cada tiny house es un universo. Hay quien prefiere comprarla ya prefabricada, y hay quien la construye de cero; algunas vienen con ruedas para ser remolcadas y acompañar a sus dueños a lo largo y lo ancho del continente, y otras son directamente caravanas o furgonetas cuyos interiores se han vaciado y rediseñado.

Las dimensiones de estas casas, que no sacrifican ninguna comodidad del siglo veintiuno, impiden dejar al azar la planificación del espacio; la mayoría de estas casitas están amuebladas y decoradas con vistas a maximizar las posibilidades de cada metro y rincón. Los muebles son convertibles, se aprovecha cada hueco en la pared, y no es raro que unas escaleras cumplan a la vez la función de estantería.

Los devotos de esta moda inmobiliaria, que ya se extiende por Francia, señalan sus numerosas ventajas: una relación más sostenible con el medio ambiente gracias a una reducción del consumo energético, que se traduce también en una reducción del gasto económico; unas hipotecas considerablemente menores, y una aproximación más minimalista a las necesidades diarias. Por el otro lado, la claustrofobia que puede provocar esta austeridad es el inconveniente más sencillo de prever. A él se añaden las complicaciones legales de cada territorio, que pueden poner trabas a este estilo de vida al impedir la construcción o el transporte temporal de la microcasa.

Aunque sea poco a poco, las microcasas comienzan a hacerse un hueco en España, y sólo queda observar cómo este movimiento se adaptará a las particularidades de nuestro país: al fin y al cabo, una sobremesa requiere, como mínimo, una mesa.

 

Fuentes:

https://www.apartmenttherapy.com/tiny-house-tour-a-custom-160-square-foot-home-258109
https://www.businessinsider.es/photos-tiny-house-living-pros-cons-2018-9?page=25
https://elpais.com/elpais/2017/09/01/alterconsumismo/1504268577_367737.html




 

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